La publicidad es una de las industrias más brillantes de nuestro tiempo que, lejos de agotarse, muestra signos de vitalidad cada día. Si en algún ámbito puntual, como el del cine, su pujanza económica se resiente es por culpa del medio, no del mensaje ya que, en otros, sus inversiones aumentan sin parar e incluso surgen nuevas posibilidades como la publicidad a través de teléfonos móviles que, previsiblemente, seguirá aumentando a medida que se desarrolle más esta tecnología e Internet donde la publicidad crece en proporción al desarrollo vertiginoso de la red.
A pesar de las fobias y filias que suscita, a todos nos llama la atención y nos cautiva. En el ámbito educativo debe ser objeto de estudio para contribuir a la formación de nuestros alumnos como receptores críticos de medios audiovisuales y consumidores responsables.
La publicidad moderna sólo puede entenderse dentro de la sociedad capitalista. Con la extensión del proceso de industrialización aumenta la producción y progresivamente el número de excedentes. Es necesario entonces competir con otros productores y atraer la atención de los potenciales consumidores e incluso generar nuevas necesidades que permitan dar salida rápida a los productos.